La mejor relación que puede tener la salud sexual es la buena salud mental, ¿qué tanto tienen que ver las emociones con el bienestar sexual?

A pesar de que de la sexualidad ya es vista de diferente manera, en nuestras comunidades latinas siguen existiendo muchos estigmas y tabúes sobre la sexualidad, muchos de ellos relacionados con la salud mental, haciendo muy difícil que aprendamos a cuidarnos o reconocer cuando algo no está bien.

El poder de conectar con el cuerpo y el contacto es algo difícil de digerir, no solamente con otras personas, sino cuando descubrimos que nuestra sexualidad empieza con nosotros mismos. Las sensaciones y emociones que percibimos no son fáciles de decir en pocas palabras, ni en muchas.

Pero, en algún punto, los pensamientos, las creencias, emociones y sentimientos influyen de forma directa en las relaciones del cuerpo; y esto no quiere decir que siempre sea de forma positiva, ya que la tristeza, la depresión y la frustración pueden estar relacionadas directamente con la sexualidad y algunas veces ésta puede verse afectada.

El deseo sexual está vinculado con dos acciones que tenemos de forma innata: el primero es el acercamiento, que va de la mano con el vínculo, cuidado y enamoramiento. Por otro lado, cuando nos sentimos en peligro, automáticamente nuestro cuerpo se pone a la defensiva, evitando las emociones y activando los pensamientos racionales.

En nuestra vida hay momentos en que tenemos que afrontar una situación con una carga emocional difícil de procesar, que nos desborda, situaciones traumáticas… ¿Puede verse alterada nuestra vida sexual por ello?  La respuesta es sí. Efectivamente una mala regulación emocional puede llevar a que una emoción provoque un efecto determinado en nuestro deseo sexual o en nuestra excitación sexual, afectándolos directamente.  

En algunos casos la vida sexual se puede ver afectada por una mala regulación emocional (duelos vinculares patológicos, estrés o ansiedad generalizada), así que conectar con nuestras emociones cada vez se vuelve más importante. De ellas dependemos para ampliar nuestra escala de goce, por lo cual es importante decodificarnos a nosotros mismos para poder reconocer si nuestra receptividad para el placer puede ser motivo de algún bloqueo que nos impida un disfrute normal y pleno.

Es importante buscar ese equilibrio emocional y funcional que nos hace sentir seguros, disfrutar más, ser capaces de satisfacer nuestras necesidades y deseos y conectar con nosotros mismos. Recuerda que la ayuda profesional es esencial para comprender y controlar nuestras emociones, la terapia ayuda a desarrollar habilidades para afrontar situaciones estresantes y tomar decisiones saludables.

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Este artículo es solo para fines informativos y no es, ni pretende ser, un sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Aún así, si sientes que podemos ayudarte con algo adicional contáctanos a través de hola@guou.mx.